
El estudio que aquí presentamos, recoge etapas en diferentes momentos; en la primera parte hemos obtenido testimonios de cómo estas comunidades vivían antes del conflicto armado, de cómo eran sus vidas y en general, se puede establecer que hay coincidencia en cuanto que sí en verdad existían grandes calamidades, mucha marginación y pobreza, pero en el fondo se visibiliza que muchos vivían en paz y mucha tranquilidad, la segunda recoge cómo vivieron la guerra, cuál fue el sufrimiento y todos dicen que la guerra ha sido la etapa más dolorosa en sus vidas, pues muchos de ellos sufrieron la perdida de uno y en algunos casos casi toda su familia, que fueron desplazados de manera forzada, pues si no lo hacían pudieron haber sido masacrados por las tropas militares, las personas que han compartido su historia han venido luchando porque el Estado les reconozca en su calidad de víctima, les sean resarcidos sus daños; pero sobre todo, que los victimarios se arrepientan de lo que les hicieron, pues fueron personas inocentes las que masacraron, nuestros niños, nuestras mujeres y ancianos, a quienes hasta en el día de hoy no se les ha hecho justicia, no se conoce la verdad, no han sido reparados los daños y por lo tanto no hay reconciliación.
En la tercera parte relatan de cómo viven ahora y hacen una comparación con el antes y sí manifiestan que viven mejor en cuanto a que cuentan con servicios básicos, pero esto tiene en el fondo un trauma por la pérdida de sus seres queridos aún todavía no resuelto, pues el Estado aún no les han escuchado, no les ha resarcido sus daños, sus vías de acceso en mal estado, no hay oportunidades dentro de sus comunidades, lo que les ha obligado a muchos de sus familias a emigrar fuera del país para solventar las condiciones económicas y es así como estas comunidades ahora tiene un desarrollo aceptable y contar con sus servicios básicos resueltos, pero con el vacío de aquellos que ya no están con ellos, por quienes siguen luchando, esperando la llegada de la justicia, la verdad y reparaciones dignas de parte del Estado salvadoreño. Por ello agradecemos a todas estas personas que tuvieron la confianza de aportar sus vivencias desde lo profundo de sus corazones, quienes por sus avanzadas edades y muchas enfermedades crónicas pueden morir y de echo don paquito Rivas y don Coronado ya no están con nosotros peros sus historias a qui están plasmadas.
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